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​«No podemos pagarte, pero es difusión»

¿Te suena esta frase?

Algunas variantes conocidas:


«Acá hacemos todo a pulmón, viste»
«Te damos pizza y una birra después de tocar»
«El arte es vocación, no es un trabajo»

Y mientras tanto, vos hacés malabares para sostener algo que emociona, que te nutre y que puede transformar a quienes te rodean.

Si tenés un proyecto cultural (una sala de conciertos, un ciclo de cine, una galería, una banda, un centro cultural, o cualquier forma de hacer arte) quiero decirte algo muy simple:


te entiendo.

Mi historia: cuando todo hizo clic

Después de recibirme de Licenciada en Artes en la UBA, empecé una diplomatura en producción cultural.
La cursada era práctica: había que diseñar un proyecto completo, organizar un evento y presentarlo al público, frente a docentes que lo evaluarían.

Teníamos una idea potente, artistas comprometidos, un plan sólido. Pero hubo un momento que me hizo frenar.

¿Y si no venía nadie?

¿Cómo íbamos a lograr conectar con nuestro público? ¿Quién era ese público?

¿Cómo lo íbamos a contar?

Ahí lo entendí:

Sin comunicación, no hay público. Y sin público, no hay proyecto.

Esa idea me cambió. Empecé a estudiar, a investigar, a formarme en copywriting y marketing.
No como un accesorio, sino como una herramienta central para que los proyectos culturales puedan llegar, emocionar y sostenerse en el tiempo.

¿Por qué hago lo que hago?

Porque cuando comunicás de forma clara y con estrategia, sin perder tu voz, todo se transforma:

 🔸Se entiende el valor de lo que hacés.

 🔸Conectás con las personas adecuadas.

 🔸Te sentís con más confianza para defender y hacer crecer tu proyecto.

 

Hoy trabajo con personas como vos: creativas, comprometidas, con mucho para decir, pero que no siempre encuentran cómo contarlo sin perder la esencia.

Las acompaño combinando sensibilidad curatorial, estrategia y empatía.
Sé lo que es estar del otro lado. Por eso, no quiero que la comunicación sea otro obstáculo más.

Lo que me mueve.

Que quienes hacemos arte podamos vivir de eso, de forma digna y sostenible.
 

Que comunicar deje de ser una carga, y se convierta en una herramienta real de crecimiento.

Que los proyectos culturales se valoren como el trabajo que son.

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Algo más sobre mí.​

Nací en Buenos Aires. En 2020 salí de mochilera a Europa. El COVID cambió mis planes y terminé viviendo varios años en Portugal. En 2025 retomé ese viaje, mientras trabajo de forma remota como copywriter freelance.
 

Estudié Artes con orientación en música en la UBA. Me especialicé en producción cultural y copywriting.

 

Cuando no estoy trabajando me gusta cocinar, salir a correr y bailar salsa.


Hago yoga todos los días apenas me despierto.


Quiero empezar teatro.
 

Creo profundamente que lo que no se dice, también comunica.


Me molesta ver cómo se menosprecia el trabajo en el sector artístico.


Me parece saludable entender que no todos los proyectos son para todo el mundo, y eso está muy bien.

​Si se te pone la piel de gallina cuando hablás de tu proyecto

no lo ignores.


Conozco esa mezcla de entusiasmo, vértigo y duda que aparece cuando una idea nueva empieza a tomar forma.

Yo también la sentí. A veces pensaba que estaba encontrando mi camino; otras, creía que era una locura.

Hoy me alegro de haber escuchado más al instinto que al miedo.

​​Y si querés saber cómo terminó aquella historia de la diplomatura:

El evento se llenó. Cada integrante logró convocar a su gente. Los docentes fueron. Todo salió bien. Aprobamos.

Pero lo más importante no fue eso.


Lo más importante fue entender que no podemos dejar la comunicación librada a la suerte o al aguante de las personas cercanas.

 

Tenemos que saber qué hacemos, por qué y para quién.
Y comunicarlo con intención, estrategia y sensibilidad.

Solo así, lo que creamos deja de hablar bajito
y empieza a amplificarse📢

¿Querés que te ayude con eso?

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